13 diciembre 2015

Cuando más bajos de ánimo estamos y más dudas acerca de nosotros mismos y del mundo albergamos, más significativos son para nosotros los abrazos y las muestras de interés y cariño. Cuanto más rotos estamos, más conscientes somos de cuanto queremos a quien nos quiere, a quien reserva un pedacito de sí mismo para recomponernos y mostrarnos todo el amor del que somos merecedores.


Porque los abrazos, cuando son sinceros marcan algo más que sentimientos temporales. Recomponen y sanan heridas de por vida, desdibujan el frío y condensan el calor del amor que hay entre dos personas que se quieren y que siempre estarán dispuestas a adherir sus corazones y a sujetarse ante la vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario