No quiero hablar de cosas que nos pongan tristes, aunque
todavía me hieren ahora es otra historia.
He jugado todas mis cartas, y tú también… ya no hay
nada que decir, ya no quedan más ases para jugar.
El ganador se lo lleva todo, el perdedor se encoge ante
la victoria, ese es su destino.
Estaba en tus brazos pensando que pertenecía a ellos, en
sentido figurado construyéndome una
valla.
Me refugiaba en mi hogar, pensando que sería fuerte
allí, pero estaba loca jugando con esas reglas.
Los Dioses lanzarán los
dados sus mentes, frías como el hielo y alguien aquí abajo va a perder a
alguien querido.
El ganador se lo lleva todo el perdedor se ha
derrumbado… es simple y está claro
¿Por
qué debería quejarme?
Pero dime, ¿ella te besa como yo solía hacerlo? sientes
lo mismo cuando ella dice tu nombre?
En tu interior debes
saber que te hecho de menos…
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